domingo, 16 de junio de 2013

La Philippe Gilbert

El fin de semana siguiente a la Liege-Bastogne-Liege, 28 de Abril, se celebró la marcha cicloturista La Philippe Gilbert. Esta ruta tiene pocos años de historia y se celebra en honor al corredor belga, actual campeón del mundo. La marcha tiene como punto de salida la población de Aywaille y tiene la peculiaridad de que te metes entre pecho y espalda algunas subidas míticas de la Flèche, Liege y Amstel, subiendo entre otras, Huy, La Redoute y Cauberg.

Quedé con Phil Deeker para rodar juntos esta marcha. Bajé en coche hasta Aywaille, me vestí de romano y me dirigí al punto de salida para inscribirme. Allí mismo estaba el campeón de mundo con dos compañeros más del BMC, Greg van Avermaet uno de ellos, y lo bueno es que también realizan la marcha, y vete con ellos si puedes.

Elegimos evidentemente hacer la versión larga de la ruta, 162 km con 2500 m de desnivel acumulado. El señor Deeker se hizo además unos 30 km en bici desde su casa hasta Aywaille, más otros tantos de vuelta una vez finalizada la marcha. Salimos sobre las ocho de la mañana, cinco minutos después de Gilbert y compañía.

Ya de salida, La Redoute en el km 3,4. Ocho días antes subíamos La Redoute con 230 km en las piernas. La diferencia, sin exprimirse, es de aproximadamente 1m 40 seg menos en una subida de 1,8 km.

La ruta ofrece un recorrido característico de la zona, con un sube y baja contínuo, subidas relativamente cortas pero con duros porcentajes de desnivel. Si algo me gusta en este tipo de eventos, es la oportunidad de descubrir carreteras, subidas y paisajes nuevos, y sin lugar a perdida posible.

En los avituallamientos, que normalmente en estas marchas se situan aproximadamente cada 40 km, nos encontramos los típicos gofres envasados, barritas de muesli, bizcocho, naranjas, plátanos y bebida isotónica del Decathlon. Comes rápido, cargas bolsillos, visitas el baño portátil y en marcha de nuevo.

Rodamos juntos en paralelo, en pequeños grupos y pelotones, solos... rutas con estos kilometrajes y dureza dan para todo. En algunas subidas Phil va más rápido, en otras como Cauberg soy yo el que abre hueco. Yo no iba 'super', y al llegar a meta en Aywaille Phil me comentó que tampoco tenía el día, y es en días así cuando agradeces enormemente pedalear junto a una cara conocida.

Al finalizar la marcha nos tomamos un café y compartimos charla. Nos despedimos hasta a saber cuando... pero la próxima vez que nos veamos Phil y yo, será seguramente dando pedales.





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